Callar a Sonia Vivas
Callar a Sonia Vivas debe ser el mantra de los cancerberos del patriarcado. Ha sido denunciada por el Sindicato de Policías Municipales de España. En su defensa del infierno del patriarcado estos modernos “demonios del pozo” -los cancerberos que protegían el reino de Hades- acusan a la Concejala de Justicia Social, Feminismo y LGTBI del Ayuntamiento de Palma de Mallorca de “coacción” al cuerpo de policía de Palma por sus tuits, por el contenido de alguno de sus artículos y por sus opiniones sobre actuaciones policiales.
Vuelve el acoso contra esta mujer que lo único que hace es explicar en redes y medios de comunicación cómo se actúa de forma incorrecta e irregular contra las víctimas de violencia machista dentro de las comisarias.
Precisamente se la denuncia por ejercer su libertad de expresión en charlas, tuits, artículos de prensa y en su libro titulado Vivas nos queremos, de reciente aparición.
Sonia Vivas destapó corrupción policial y denunció en su día a sus compañeros por acosarla por ser lesbiana. Por esta causa hay cuarenta de ellos en la cárcel y casi cien están imputados. La tienen muchas ganas. La corrupción en el cuerpo de policía de Palma era alarmante, con ramificaciones en tráfico de mujeres, de drogas y de armas.
En esta ocasión, la acusan del delito de “coacción” a los policías por escribir u opinar cosas como estas en las redes: “Un país democrático merece expulsar a aquellos agentes condenados por violencia machista. Una democracia plena no debe permitirse que agresores condenados recojan denuncias a mujeres víctimas. Hablarlo es empezar a cambiarlo”; “Las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado se han de abrir y democratizar. Nos acostamos homófobos y nos levantamos demócratas. Aceptar el prejuicio es empezar a trabajar”; “Una policía denuncia la corrupción del cuartel donde trabaja y maltrato por ser lesbiana. Gana el juicio y los policías entran en prisión. Es perseguida por el colectivo. Se presenta en listas y ahora puede ser jefa de todos ellos. Esa mujer soy yo”.
Vivas es incansable en su denuncia del machismo institucional, del sistema patriarcal que permite que las víctimas de abusos, violaciones, palizas y malos tratos sean tratadas en muchas ocasiones más como delincuentes que como víctimas, porque dentro de las comisarías no existen protocolos adecuados de protección de las mujeres. En sus conferencias explica cómo cuando una mujer denuncia a su pareja por violencia machista, la víctima es trasladada a comisaría para poner la denuncia en un coche policial con mampara y aislamiento, el mismo tipo de vehículo en el que se traslada a delincuentes y agresores. Relata también que se dan casos en que las mujeres son atendidas a la hora de formalizar una denuncia por policías que han sido denunciados por violencia machista, porque no se les aparta del cuerpo. Incluso, en ocasiones, las víctimas de violencia se ven obligadas a declarar en una mesa, mientras en la mesa de al lado otro funcionario toma declaración a su agresor.
En el libro que acaba de publicar explica a las mujeres cómo defenderse de forma física ante situaciones de violencia y también cómo deben exigir ser tratadas de forma institucional.
Es importante que estos cancerberos que defienden el infierno del patriarcado no consigan callar la voz de Sonia Vivas con denuncias absurdas, encaminadas únicamente a minar la labor de esta concejala, que está poniendo en marcha en el Ayuntamiento de Palma iniciativas encaminadas a la atención hacia las mujeres víctimas de violencias, así como a visibilizar la labor de las mujeres y lo que representan en la construcción social y a implementar actuaciones educativas de prevención de las violencias y de entendimiento hacia lo que representa el machismo y el patriarcado como super estructura que “educa” y “gobierna” las relaciones sociales. Hace falta mucha educación social para poder llegar de verdad a esa igualdad necesaria entre los hombres y las mujeres y Vivas trabaja con imaginación para ello.
Es sospechoso que el abogado que tramita esta denuncia sea el cuarto por Madrid de la lista del partido VOX al Congreso de los Diputados, el mismo partido que pleno tras pleno coloca una moción de reprobación hacia la concejala de Unidas Podemos, acusándola de “querer imponer su ideología sexual”. Alguien puede explicar en qué consiste, ¿qué es?, la “ideología sexual”. Si no fuera un síntoma tan descarnado y peligroso de la involución política que se sufre en España en estos momentos, sería motivo de hilaridad.
La intención de los denunciantes es seguir persiguiendo y acosando, desde dos vías coordinadas -una institucional/política, el Ayuntamiento, y otra judicial, la imputación por “coacción”- a esta mujer que ha sido capaz de enfrentarse a la corrupción, al machismo institucional y al patriarcado que gobierna las formas de actuación en el interior de los cuerpos policiales.
Sonia Vivas tiene de su parte el poder de la palabra, sabe expresarse con claridad y sabe llegar a las mujeres. Quieren callar su voz. Las mujeres feministas estamos obligadas a proteger a las nuestras como una piña. No podemos permitir que a una de las nuestras la quieran silenciar con la aplicación de la Ley Mordaza. Una Ley que sitúa a los policías al mismo nivel que a la institución de la monarquía. Una Ley que entra en incompatibilidad con los tribunales europeos, que no ven delito en quemar la imagen del rey, mientras en España se condena por ello. Una Ley que sitúa el principio de autoridad por encima del derecho a la libertad de expresión o de opinión, que permite que un sindicato policial denuncie por “coacciones” a una concejala electa por opinar, y sea admitido a trámite por un juez.
Sonia Vivas es feminista, una de las nuestras. No debemos permitir que los cancerberos que defienden el infierno del patriarcado callen su voz, que es la nuestra.
Carmen Barrios Corredera
Vuelve el acoso contra esta mujer que lo único que hace es explicar en redes y medios de comunicación cómo se actúa de forma incorrecta e irregular contra las víctimas de violencia machista dentro de las comisarias.
Precisamente se la denuncia por ejercer su libertad de expresión en charlas, tuits, artículos de prensa y en su libro titulado Vivas nos queremos, de reciente aparición.
Sonia Vivas destapó corrupción policial y denunció en su día a sus compañeros por acosarla por ser lesbiana. Por esta causa hay cuarenta de ellos en la cárcel y casi cien están imputados. La tienen muchas ganas. La corrupción en el cuerpo de policía de Palma era alarmante, con ramificaciones en tráfico de mujeres, de drogas y de armas.
En esta ocasión, la acusan del delito de “coacción” a los policías por escribir u opinar cosas como estas en las redes: “Un país democrático merece expulsar a aquellos agentes condenados por violencia machista. Una democracia plena no debe permitirse que agresores condenados recojan denuncias a mujeres víctimas. Hablarlo es empezar a cambiarlo”; “Las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado se han de abrir y democratizar. Nos acostamos homófobos y nos levantamos demócratas. Aceptar el prejuicio es empezar a trabajar”; “Una policía denuncia la corrupción del cuartel donde trabaja y maltrato por ser lesbiana. Gana el juicio y los policías entran en prisión. Es perseguida por el colectivo. Se presenta en listas y ahora puede ser jefa de todos ellos. Esa mujer soy yo”.
Vivas es incansable en su denuncia del machismo institucional, del sistema patriarcal que permite que las víctimas de abusos, violaciones, palizas y malos tratos sean tratadas en muchas ocasiones más como delincuentes que como víctimas, porque dentro de las comisarías no existen protocolos adecuados de protección de las mujeres. En sus conferencias explica cómo cuando una mujer denuncia a su pareja por violencia machista, la víctima es trasladada a comisaría para poner la denuncia en un coche policial con mampara y aislamiento, el mismo tipo de vehículo en el que se traslada a delincuentes y agresores. Relata también que se dan casos en que las mujeres son atendidas a la hora de formalizar una denuncia por policías que han sido denunciados por violencia machista, porque no se les aparta del cuerpo. Incluso, en ocasiones, las víctimas de violencia se ven obligadas a declarar en una mesa, mientras en la mesa de al lado otro funcionario toma declaración a su agresor.
En el libro que acaba de publicar explica a las mujeres cómo defenderse de forma física ante situaciones de violencia y también cómo deben exigir ser tratadas de forma institucional.
Es importante que estos cancerberos que defienden el infierno del patriarcado no consigan callar la voz de Sonia Vivas con denuncias absurdas, encaminadas únicamente a minar la labor de esta concejala, que está poniendo en marcha en el Ayuntamiento de Palma iniciativas encaminadas a la atención hacia las mujeres víctimas de violencias, así como a visibilizar la labor de las mujeres y lo que representan en la construcción social y a implementar actuaciones educativas de prevención de las violencias y de entendimiento hacia lo que representa el machismo y el patriarcado como super estructura que “educa” y “gobierna” las relaciones sociales. Hace falta mucha educación social para poder llegar de verdad a esa igualdad necesaria entre los hombres y las mujeres y Vivas trabaja con imaginación para ello.
Es sospechoso que el abogado que tramita esta denuncia sea el cuarto por Madrid de la lista del partido VOX al Congreso de los Diputados, el mismo partido que pleno tras pleno coloca una moción de reprobación hacia la concejala de Unidas Podemos, acusándola de “querer imponer su ideología sexual”. Alguien puede explicar en qué consiste, ¿qué es?, la “ideología sexual”. Si no fuera un síntoma tan descarnado y peligroso de la involución política que se sufre en España en estos momentos, sería motivo de hilaridad.
La intención de los denunciantes es seguir persiguiendo y acosando, desde dos vías coordinadas -una institucional/política, el Ayuntamiento, y otra judicial, la imputación por “coacción”- a esta mujer que ha sido capaz de enfrentarse a la corrupción, al machismo institucional y al patriarcado que gobierna las formas de actuación en el interior de los cuerpos policiales.
Sonia Vivas tiene de su parte el poder de la palabra, sabe expresarse con claridad y sabe llegar a las mujeres. Quieren callar su voz. Las mujeres feministas estamos obligadas a proteger a las nuestras como una piña. No podemos permitir que a una de las nuestras la quieran silenciar con la aplicación de la Ley Mordaza. Una Ley que sitúa a los policías al mismo nivel que a la institución de la monarquía. Una Ley que entra en incompatibilidad con los tribunales europeos, que no ven delito en quemar la imagen del rey, mientras en España se condena por ello. Una Ley que sitúa el principio de autoridad por encima del derecho a la libertad de expresión o de opinión, que permite que un sindicato policial denuncie por “coacciones” a una concejala electa por opinar, y sea admitido a trámite por un juez.
Sonia Vivas es feminista, una de las nuestras. No debemos permitir que los cancerberos que defienden el infierno del patriarcado callen su voz, que es la nuestra.
Carmen Barrios Corredera
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