domingo, 30 de enero de 2011

Plantación vecinal en el parque de La Cornisa




Plantar un árbol, tener un hijo o una hija y escribir un libro. Algunos dicen que estas son tres de las cosas que hay que hacer en la vida para sentirse satisfecho. Son tres cosas que nos hacen perdurar en el tiempo, pues conservando la tierra y plantando árboles ayudamos a proteger la vida futura, con los hijos contribuimos a perdurar como especie y con los libros ponemos nuestro grano de arena a configurar una cultura colectiva de la que todos se pueden beneficiar. Los vecinos de la Asociación de Amigos de las Vistillas-Cornisa pueden sentirse satisfechos una vez más, porque este frío domingo 30 de enero han vuelto a contribuir una vez más a la conservación de la naturaleza en suelo urbano: han realizado la XIV plantación vecinal de árboles en el Parque de La Cornisa, uno de los lugares verdes más bellos del centro de Madrid y más amenazados por la piqueta especulativa.

Este parque emblemático cuenta con un grupo de vecinos activos y combativos que velan por la supervivencia de un espacio público que la iglesia católica pugna por usurpar a los vecinos de Madrid con la complacencia de dos Administraciones cómplices -Ayuntamiento y Comunidad- e ineptas. Ellos no se rinden, y además de plantar árboles para hacer de este espacio un lugar más fresco en verano y más verde si cabe, no cejan en su actitud de denuncia de los planes del arzobispado madrileño, que quiere convertir la cornisa histórica de Las Vistillas en un mamotreto de cemento armado que terminaría con este lugar en el que hoy todavía juegan los niños y disfrutan los vecinos
La lucha por mantener este espacio verde viene de lejos (si pincháis la web: www.cipreses.net de la asociación podéis haceros una idea de la lucha que mantienen desde hace unos años. El Pleno del Ayuntamiento de Madrid aprobó el 27 de febrero de 2009  la  modificación del Plan General de Ordenación Urbano de la capital, tras llegar a un acuerdo con la Iglesia, para permitir la construcción de lo que se llamó el “Mini vaticano” en la cornisa histórica de las Vistillas, un grupo de edificios con una superficie mínima de 25.557,67 m2. 
Además,el propio Ayuntamiento levantaría edificios

para equipamientos públicos, en esta zona especialmente importante para la ciudad, por ser una zona verde, además de  un espacio de importante valor arqueológico y un paisaje emblemático de Madrid.
Afortunadamente los vecinos se manifestaron hasta la saciedad y lo denunciaron, y el Tribunal Superior de Justicia de Madrid falló a su favor en sentencia del 21 de Mayo de 2010. Pero la Iglesia, que nunca descansa y tiene posibles -monetarios y de los otros- para aburrir, ha vuelto a la carga. Ha comenzado unas obras ¡ilegales! en el recinto de los Jardines del Seminario Conciliar de Madrid. Para ello ha vallado parte del espacio público, afectando a elementos históricos y arbolado protegido. Además, los vecinos denuncian que han alterado lindes y trazas de los antiguos Jardines del Duque de Osuna al derribar partes de la Real Cerca de Felipe IV, catalogada como patrimonio histórico de la ciudad de Madrid.

He pegado unas fotografías que he realizado de la plantación vecinal de árboles y de la zona pública que ha vallado la iglesia de forma ilegal y que los vecinos siguen denunciando. Hoy han recogido firmas y tienen un escrito de protesta, que se puede consultar en la web arriba mencionada, para que todo el que quiera se pueda sumar. 

También pego un poema sobre lo que somos, partes de un todo, que necesita de la solidaridad de los demás para continuar. Todos juntos somos mucho más fuertes de lo que creemos. 

Versos que comparten
Comparto asiento con el joven despeinado y adormilado,
que esquiva las miradas de los recién duchados.
Comparto asiento con la mujer de rostro duro,
de manos resecas y estriadas
cargada de bolsas de supermercado,
que rumia no sé qué oración sorda
con los dientes apretados.
Comparto asiento con el hombre de rasgos prietos,
tez aceitunada y mirada cálida de tuareg,
que acude a un destajo estructurado.
Comparto asiento con la anciana sin rumbo,
que no es capaz de sujetar su cuerpo.
Con la mujer que sueña,
con el niño inquieto
que balbucea
y se agita acalorado en los brazos de su abuela,
con el joven maloliente que ha perdido el futuro,
con el hombre rudo de uniforme privado,
con el perro fiel del que no ve,
con el músico que  llena el vagón
de acordes de viento andino,
con la muchacha metódica
que subraya textos en un libro,
comparto asiento con cada uno de ellos,
cada mañana de cada día.
Pero no lo comparto con los que viven en el barrio alto,
ni con los que ordenan cifras
en un frío estadillo de mármol puro,
ni con los que predican desde lo alto del púlpito,
ni con los que han abandonado la utopía
para instalarse en la “real politic”,
ni con los que mandan un batallón,
ni con los que viajan rodeados de un séquito.
No he podido compartir con los que no comparten,
porque prefieren ausentarse del mundo
que diseñan para los otros.

domingo, 23 de enero de 2011

Caminamos descalzos


Pego un poema y una fotografía alusivos a la presión actual sobre los trabajadores. La realidad política, social y económica está muy enmarañada, con asuntos que se acumulan encima de la mesa y con los que nos acribillan en los titulares de prensa haciedo un ruido inmenso, pero sin explicar del todo a por lo que van. Sobran los comentarios. Van a por nosotros, a por nuestro bienestar, recortando derechos y la propia democracia si hiciera falta. Cuando se ataca el Estado del Binestar como un gasto insoportable con el objetivo de convertirlo en negocio, ¿qué nos queda? Nos queda defenderlo, pensar, luchar, alumbrar otro tiempo posible.
Liquidación


Caminamos descalzos
Caminamos descalzos,
nos entretienen con juegos malabares
y cuando reaccionamos,
ha hecho carne el desencanto.
Aun así,
añoro un futuro de zapatos bruñidos,
de seres rotundos,
capaces de soplar esta realidad de humo
y alumbrar otro tiempo 
de hombres y mujeres plenos.

domingo, 16 de enero de 2011

Un plaza para soñar despiertos



Un grupo de vecinos del barrio de Lavapiés tuvieron un sueño hace dos años. Soñaron con crear un espacio público, una plaza, para reunirse, compartir, intercambiar, un lugar en el que cultivar productos ecológicos y labrar la tierra en medio de la urbe. Llevaron a cabo su sueño en un solar propiedad del Ayuntamiento de Madrid situado en la calle Doctor Forquet. El solar estaba abandonado, y ellos con mucho esfuerzo, trabajo duro, creatividad, cooperación y muchas dosis de alegría lo han ido convirtiendo en un jardín ganado a la ciudad, hecho muy loable en un lugar en el que escasean los parques y las zonas verdes.
Todavía está en desarrollo, y parece que el proyecto no  está exento de dificultades. Ellos están constituidos como asociación para que el Ayuntamiento se lo ceda como espacio público del barrio, pero parece que no está todo claro, a juzgar por una información que tienen colgada en su blog
Esta es una inicativa de las que hay que apoyar y congratularse de que haya gente dispuesta a trabajar para construir espacios como este, ganados para la ciudadanía madrileña. Hicieron una fiesta para conmemorar los dos años que lleva funcionando, como veréis en su blog si os decidís a visitarlo, merece la pena. Los domingos por la mañana da gusto pasarse un ratito por allí y disfrutar de la tranquilidad y la belleza de este espacio, también de la compañía, es gente comunicativa y afable la que pasa por allí. Hoy lo he comprobado, pego unas fotografías del espacio.






También pego un poema que escribí hace algunos meses, precisamente pensando en que ya es tiempo de que los ciudadanos de Madrid soñemos con otra ciudad posible, fuera de tanto mercantilismo y tanto agobio consumista, una ciudad más humana, más culta, con más espacios para compartir. Lo escribí después de fotografiar otro solar del centro de la ciudad que bien podía haberse convertido en un jardín de uso público, pero ahora está ya tapiado para lo de siempre, pisos o lo que sea.


Calles interiores
Este Madrid
se desespera
y se desgana.
Se intuye a bocinazos sordos.

Este Madrid
se espanta
Otoño
y no resuelve.
Se deja calzar
por una marea de zapatos castellanos.

Pero existe
otra ciudad,
que palpita,
¡bulle tras las grandes avenidas!

En sus calles interiores
hay marcas y huellas
de buhoneros de otros soles,
y la vida fluye, se derrama
en otro empeño de existencia.

Las paredes desconchadas
cobijan las esencias de 
culturas que se expresan
con grafismos y colores distintos.

Otro Madrid
se despereza,
comienza a elevar las manos,
a alzar la voz,
a llenar los muros
de pruebas de vida.

Miles de pies
en remolino,
ocuparán de nuevo la Gran Vía,
despejarán de azul gaviota
las fachadas.

Nosotros
los de la camiseta
de adolescentes eternos,
zapatillas de loneta
y pinceles de colores,
encenderemos
este Madrid que aún
se desespera
y se desgana.

Saldremos
desde las calles interiores
y recuperaremos
el rojo y el violeta
para vestir de nuevo a la diosa Cibeles.










viernes, 14 de enero de 2011

Retrocesos



“Los jefes podrán obligar a sus empleadas a llevar sujetador en el Estado alemán de Westfalia”, con este titular el periódico 20 Minutos digital
( www.20minutos.es/noticia/926669/0/jefe/obligar/sujetador/ ) se hacía eco de una información que pasó desapercibida en la generalidad de los medios españoles. He pegado un enlace de la noticia porque tiene interés. Al parecer un tribunal laboral de ese Estado ha considerado que obligar a las trabajadoras a llevar sujetador de color blanco o carne, tal como exigía a las trabajadoras una empresa de seguridad del aeropuerto, “no afecta a sus derechos personales ni supone una violación desproporcionada de los mismos”.
Este hecho insólito facilita que esta medida u otras similares puedan ser aplicadas en todos los centros de trabajo del Estado de Westfalia. Me pregunto si ¿puede suceder algo así dentro de la Unión Europea y aceptarse sin más? 
Hay que denunciarlo alto y claro, porque, de lo contrario, nunca vamos a terminar con la desigualdad. ¿Cómo es posible que se acepte que se pueda obligar a una mujer a llevar o no ropa interior para conservar el puesto de trabajo, y encima exigir que sea de un color determinado para no provocar. ¡Menudo mensaje!. Es que no avanzamos, retrocedemos. ¿Dónde queda el derecho a la libertad personal y a la propia imagen de estas mujeres trabajadoras? ¿Por qué se tiene que sacrificar su derecho para que unos cuantos hombres -los menos espero- no se sientan “intimidados” o “provocados”? 
Esta sentencia me recuerda a la tristemente famosa “sentencia de la minifalda”, que culpabilizaba a una víctima de violación del hecho, al considerar un atenuante para el violador que ella llevara minifalda, porque claro el juez -un señor de mente calenturienta- estimó que con semejante atuendo iba provocando, pidiendo a gritos ser violada. Este tipo de acciones de la “justicia” reduce a las mujeres a meros objetos vistosos, y culpabiliza a las propias mujeres de los actos y/o los sucios pensamientos de todos aquéllos que siguen sin evolucionar y sin considerar a las mujeres personas autónomas y libres, iguales a ellos, que merecen ser respetadas en toda la extensión de la palabra. ¿Cuándo van a dejar estos tipos de seguir considerando a las mujeres meros objetos sexuales a los que hay que tutelar?

Voy a pegar un poema que escribí con una fotografía que vienen al pelo como complento crítico a hechos como este. Se lo dedico a mi tía Inger, que es además compañera de trabajo insustituible, siempre alerta y haciéndose eco de injusticias como esta, que también me alertó a mi de esta información y gracias a ella me indigné y la puedo compartir con quienes me lean.
Escaparate
El poema dice así:

Maniquíes
Como maniquíes,
así nos quieren.
Calladas, en serie,
aguardando a que nos vistan,
sin discutir de colores,
ni de precios.
Nos prefieren quietas,
con los ojos abiertos,
pero ciegas,
sin preguntas en la boca
y con los oídos perforados de bisutería.


lunes, 10 de enero de 2011

Documental comprar, tirar, comprar

La 2 de tve emitió el domingo 9 de enero un documental interesantísimo sobre la obsolecencia programada y el desarrollo de la sociedad de consumo. Pego el enlace por su gran interés y actualidad, ya que analiza de forma muy crítica cómo el modelo de sociedad de consumo y el actual sistema económico cuyo principal paradigma es el contínuo crecimiento basado en el consumo es incompatible con un Planeta y unos recursos finitos:  http://www.rtve.es/television/documentales/comprar-tirar-comprar/
Tiene mucho que ver con la foto y el poema que pegué ayer, por eso pongo el enlace. El documental habla además de los estudios sobre un cambio de modelo económico basado en todo lo contrario, el "decrecimiento"  uno de cuyos máximos exponentes es Serge Latouche, autor del libro "La apuesta por el decrecimiento" (editado en Francia en 2006 y editado para su publicación en España por Icaria en 2009) que explica en el documental sus teorías para un cambio radical de modelo.

domingo, 9 de enero de 2011

Época de rebajas


Sí, estamos en época de rebajas. Mientras compramos al ritmo de la música de los grandes almacenes no pensamos. Se anuncian grandes descuentos en productos que seguramente no necesitamos, pero qué más da. Total, se trata de evadirse. Se sale a “ver escaparates” y se olvida lo que se nos viene encima.   
Los mayores descuentos están por venir, son los que van a producirse en nuestro bienestar. Recortes salariales, más precariedad laboral, merma de derechos laborales, alargamiento de la edad de jubilación, recortes sociales -ya se habla de la “necesidad” de establecer un sistema de copago sanitario-, privatizaciones, … En fin, esto sí que son ¡grandes rebajas!.
La enfermedad de la escaparatisis nos distrae del inicio de año que hemos tenido. Ha subido el precio de la electricidad, del gas, de la gasolina, de los transportes públicos, de muchos alimentos afectados por la subida del precio de los cereales, un auténtico escándalo que condena al círculo mortal del hambre a millones de seres humanos en el mundo.
Pero no pasa nada, hay rebajas.
Nos estamos acostumbrando a caminar en el filo, muy modernos y a la última, pero en el filo.  

FueraDentro
Seres de cera
Miles de ojos abiertos no parpadean,
sonrisas felices no resplandecen,
manos suaves no acarician.
Seres de cera miran el presente con exactitud.
No acompañan con gestos su relato.
No expresan sus inquietudes,
ni sus dudas,
ni sus quejas.
Nadie les enseñó a imaginar.
A fuerza de saberse con el estómago agradecido,
los deseos colmados,
y los verdaderos anhelos, frustrados,
navegan por un presente acordado,
sin parpadear ante la injusticia,
sin resplandecer con la belleza,
sin acariciar los labios de los que sufren.



jueves, 6 de enero de 2011

El día de los deseos



Deseo
Pego una fotografía y un poema alusivos a los deseos, los grandes y los pequeños.

¿Qué más puedo desear?

Tengo una cuchara para comer,
tengo una silla para descansar,
tengo una cama para soñar,
¿qué más puedo desear?

La luna llena un día de lluvia,
la brisa fresca del mar, en medio del desierto,
la plenitud de los veinte años,
la dicha de los vividores.

Un bocado de sandía en los labios de David,
un pizco de sal en la palma de la mano,
un lapicero rojo para tachar la desdicha,
todos los colores para describir el futuro.

Una melodía susurrada al oído,
morder el sexo de cereza de un amor prohibido,
pisar un campo sembrado de lluvia con los pies descalzos,
agotar todas las noches que me quedan
con la piel empapada de deseos.



Una vieja puerta de un edificio ruinoso del centro de Madrid ofrecía un pequeño espacio privilegiado para el arte.  Utilizando la puerta -ya de por sí muy rica en texturas- como soporte, alguien pegó el rostro de una actriz americana de los años treinta -creo que se trara de Mae West- y alguna otra persona la rodeó con un gran grafitti, de tal manera que la figura de la bella queda enmarcada dentro de dos grandes círculos. Cuando  el conjunto se mira desde lejos produce el efecto de un tatuaje sobre una nalga femenina. O al menos eso me sugirió a mi esta composición. Por eso la fotografié y la titulé “Deseo”. 


Cuando pasaron unos meses, volví al lugar. La bella dama seguía ahí, un poco envejecida por la acción de la lluvia y del viento. Pego la foto del detalle y otra más del mismo formato. A su vez la foto del detalle me sugirió otro poema titulado "Finitud", que también pego:

Intemperie
Finitud
Recorro túneles
de velada luz,
de ahogada voz,
con ritmo frenético
de minutos perdidos.
Delante de mí,
el tiempo corre.
Cada mañana
me gana la carrera,
y subo unos cuantos peldaños más,
hacia la finitud.





martes, 4 de enero de 2011

Demasiado para nuestros ojos

El poema y la foto de hoy mantienen un tono de crítica hacia la inacción. Los muros no deberían llenarse con los rostros rasgados de los niños, ofreciendo a nuestros ojos la permanente mueca de dolor del hambre y la desesperación. En estos tiempos de crisis es cuando más necesitamos actuar, movernos, coordinarnos y reunirnos  para cambiar las cosas. Gritar para exigir y nunca resignarnos ante las injusticias. 
Esta imagen también está captada en un muro de una calle de Madrid. Me tropecé con ella cuando doblaba una esquina, y me llamó la atención el empeño por arrancar este cartel tan bien pegado. Algunos se niegan a ver, y piensan que si cierran los ojos o arrancan las imágenes incómodas, estas dejan de existir. Pero no es así. La injusticia, el hambre y la desigualdad están ahí y si no actuamos para cambiar las cosas nuestra desesperación puede convertirse en la siguiente imagen pegada sobre un muro.

Con los ojos abiertos
Con los ojos abiertos,
Ojos rasgados
empañados de estatismo,
con la boca cerrada,
pasa una vida, dos, tres.

Con los ojos abiertos,
ciegos ante el destello azul de las mentiras,
con las manos inertes,
pasa una muerte, dos, tres.

Con los ojos abiertos,
resecos por un viento que no agita,                                  
con los pies bien sujetos,
pasa mi tiempo, el tuyo, el nuestro.

sábado, 1 de enero de 2011

2011, el año en que daremos saltos

Este blog comienza a andar hoy, 1 de enero de 2011. Lo quiero iniciar con un  poema titulado "Para dar el salto" y con una fotografía que pesqué por ahí, en uno de esos rincones escondidos de esta ciudad con tanto sabor, que es Madrid.
Madrid me ofrece visiones que capturo y doy forma de poema, en este caso, os animo a  comenzar el año dando saltos.
Vamos a necesitar muchos saltos callejeros para que nos escuchen y sepan que no puden retorcer y estrujar nuestro futuro como si fuera una hoja de peiódico viejo. Tenemos que esta ahí, firmes con nuestros saltos de protesta para impedir que nos alarguen la edad de jubilación, que privaticen los servicios públicos y que comercien con nuestro empleo como si se tratara de una mercancía sin valor.
Os animo a dar todos los saltos necesarios para reclamar igualdad, justicia social, solidaridad, paz, trabajo y libertad.


Para dar el salto
Para dar el salto
camino lento
la distancia
que me separa de mi propia Luna.

Para dar el salto
conjuro el silencio,
acaricio suave
la añoranza de un futuro incierto.

Para dar el salto
transito un espacio casi eterno,
abrazo en mí
a todas las mujeres plenas.

Me precipito,
y tomo impulso
para dar el salto,
quiero llegar a ese lugar
donde sea perfectamente
dueña de mí misma.