domingo, 6 de febrero de 2011

La basura como testigo


Entre cartones
Recoger cartones y papel vuelve a ser una alternativa para sobrevivir. Los contenedores de papel hace tiempo que no rebosan en mi barrio. Y no es precisamente porque venga el camión a vaciarlos. Una legión de personas en furgonetas se pasea por las calles de contenedor en contenedor, llegando incluso a meterse dentro si hace falta para sacar hasta el último periódico. Los efectos de la crisis se notan en el estado de las basuras. No solo porque haya menos residuos, como consecuencia del bajón en el consumo, sino porque el oficio de trapero vuelve a hacerse presente como una alternativa, dura, pero inmediata.

Otra imagen de la crisis se está produciendo en las puertas traseras de supermercados y mercados de abastos a la hora del cierre. Se está haciendo habitual que se reúnan personas sin recursos a recoger lo que tiran los comerciantes después de terminar la jornada. Lo he presenciado en dos de los supermercados de mi barrio, Moratalaz, y en el mercado. Se lo comenté al carnicero donde compro habitualmente y el hombre me dijo que cada vez se reúne más gente a esperar la hora del cierre: ellos sacan los restos y enseguida numerosas personas recogen todo aquello que se pueda aprovechar.

Los cuatro millones y medio de parados y el millón largo de familias sin ninguna prestación ni subsidio de desempleo en España comienzan a hacer mella pública. La pobreza enseña la cara en mi ciudad de una forma cada vez más evidente, aunque algunos se nieguen a darse cuenta y otros simplemente miren para otro lado cuando se cruzan con alguno de estos ciudadanos que se han quedado sin un plato en la mesa.

Hambre
 Hoy subo dos fotografías tomadas en el barrio de Lavapiés. Retratan dos dibujos magníficos pegados en las paredes que sirven para ilustrar y denunciar esa pobreza soterrada que subyace en las grandes urbes. El arte es un testigo siempre impertinente cuando se pone al servicio de la denuncia social, perdura y se clava en la retina, aunque sea expuesto en un muro de la calle. 


Pego también un poema y una fotografía que dialogan sobre las posibilidades del arte como transmisor de sentimientos y de denuncia.


Las paredes hablan
Oigo un rumor,
sale del muro.
La fachada
Cuando camino,
saltan imágenes,
los ojos
se me vuelven palabras
y toco
con la yema de los dedos
el despertar a la vida de una frase.
Las paredes hablan,
son testigo urbano,
¡permanentes
muros grises,
verdes, marrones o multicolores!
Expresan dolencias
o alegrías,
en trazos con letras mayúsculas,
con dibujos desesperados
rotos por la lluvia.

1 comentario:

  1. Beso a ti y tu blog. Quizá la crisis ayude a despertar conciencias de artistas para despertar las conciencias del resto de las gentes. Fantásticas paredes pintadas, fantásticamente fotografiadas.

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