domingo, 8 de julio de 2012

Poema para un atardecer de julio


Sobre tu pecho


Si pudiera... 

Si pudiera contarte
con palabras
lo que anhelo…

Si pudiera reírte
con sonrisas
lo que espero…

Si pudiera cantarte
con canciones
lo que ansío…

Si pudiera tocarte
te contaría,
te reiría,
te cantaría.

Sólo,
si pudiera tocarte.


La piel respira eterna, acariciada por la luz suave del caer de la tarde. Se dibujan las formas más cálidas, cuando una estela de luz perfila el contorno de los cuerpos. Esta fotografía goza del regalo de la luz suave del ocaso, en pleno verano. El calor se sale de la imagen y circula libre, imponiendo casi un deseo de dulce brisa que agite el tul que rodea la modelo. 

Continuo persiguiendo líneas de luz en los bellos cuerpos de los  vivos, y pego este poema sobre el deseo, el eterno deseo, que mueve tantas voluntades cuando se libera.


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