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En la arena |
Una fotografía conecta con un poema gracias al poder de las imágenes. En ambos son las imágenes las que comunican, las que conmueven, las que evocan.
En el caso de esta fotografía y el poema que hay debajo, las conexiones son tan sencillas y tan naturales que hay poco que explicar, porque, ¿cómo explicar por qué algunas imágenes dan vueltas dentro de nuestra cabeza, hasta que las dejamos salir?
Realicé esta fotografía en una playa desierta. Sé que evoca lo peor, porque un pié inerte rebozado en arena anuncia derrota, la última derrota. Pero nunca se sabe, ¿qué es lo que hubo o lo que puede haber más allá de un pié?
¿Qué hay más allá de un pié?
¿Qué hay más
allá de un pié?
Un ojo izquierdo
conectado a un
dedo gordo,
que marca el
universo
con su huella
digital.
Se halla tu risa
de niño maduro
unida al meñique
llorón,
por una cadena oculta
de rastros en la
piel.
¿Qué hay más
allá de un pié?
Un pensamiento
sonoro
que bulle en tu cabeza
y asalta mi
oreja
de caracola,
y se instala
allí
y da vueltas y
vueltas
y más vueltas,
hasta colonizar
esta tierra sin defensas.
¿Qué hay más
allá de un pié?
Un manotazo
sordo,
una caricia
suave,
un salto hacia
delante,
el mar infinito,
el sol radiante,
la vida plena,
un hombre muerto,
un punto y parte.
Cualquier cosa
cabe,
más allá de un
pié.